sábado, 29 de abril de 2017

Órganos que impresionan (castellano)

El corazón de la tinta

Aunque en los últimos años ha aumentado notablemente el número de donantes, aún siguen dándose muchos casos de muertes que podrían haberse evitado con la recepción a tiempo de un órgano sano.



Las campañas de concienciación al respecto no parecen ser suficientes, por lo que los científicos poco a poco están optando por investigar nuevas alternativas, como la regeneración de órganos a partir de células madre y la aún más sorprendente impresión de órganos en 3D.
Y es que estas impresoras han llegado pisando fuerte a nuestras vidas, ya que ofrecen un abanico de posibilidades increíble, fabricando desde piezas para todo tipo de maquinaria hasta circuitos eléctricos, pasando incluso por comida. Por lo tanto, no es nada descabellado pensar que puedan servir para elaborar órganos. De hecho, ya se han utilizado para reproducir piezas pequeñas de nuestro cuerpo, como los dientes, pero el futuro realmente está en la impresión de órganos más complejos; algo que, muy lejos de ser un simple sueño, hace tiempo que se está convirtiendo en realidad.

Lo importante para fabricar cualquier artilugio con estas impresoras es elegir el material adecuado. Por eso, hace años que los científicos decidieron utilizar células vivas como materia prima y comprobar si era posible obtener así órganos funcionales. Así, aunque aún queda mucho por andar, ya se han logrado grandes avances.
Uno de los primeros grupos de investigadores que se adentró en el maravilloso mundo de la impresión de órganos en 3D, fueron unos estudiantes de la Universidad de Connecticut, que realizaron un pequeño riñón artificial funcional. Aunque aún a día de hoy no se ha implantado su uso en los hospitales, el prototipo era capaz de filtrar las toxinas de la sangre, por lo que después de perfeccionar la técnica, podría solucionar la vida de aquellas personas que viven pendientes de las máquinas de diálisis y las listas de espera de trasplantes.

Otro gran hallazgo ha sido el llevado a cabo recientemente por investigadores de la Universidad de Northwestern, que han logrado desarrollar ovarios funcionales gracias a una impresora en 3D.  Para ello crearon el andamio a base de un biogel obtenido a partir del colágeno. Después, lo rellenaron con folículos ováricos (formaciones esféricas en las que se encuentran los óvulos), y voilá, consiguieron ovarios sanos totalmente funcionales. De hecho, tras ser implantados en hembras de ratón, éstas pudieron ovular, quedarse embarazadas y dar a luz perfectamente.

Todo esto es sólo una pequeña muestra de lo que la impresión en 3D puede hacer por nosotros. Hay quien se ha quejado de lo fácil que resulta fabricar armas gracias a ellas, pero no olvidemos que, además de servir para la creación de objetos capaces de quitar vidas, también tienen un gran potencial para salvarlas. Todo depende del uso que se les quiera dar.

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